La Biblia y la Inmortalidad
EN EL PASADO
1 Timoteo 6:13-16: “Te recomiendo… que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, Manifestación que a su debido tiempo hará ostensible el Bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores, el único que posee Inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver.” (La Biblia de Jerusalén)
HOY
2 Timoteo 1:8-10: “No te avergüences, pues, del martirio de nuestro Señor ni de mí, al verme preso. Al contrario, sufre por el Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad, acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad.” (Biblia Latinoamericana)
EN EL FUTURO
1 Corintios 15:51-54: “Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final -porque esto sucederá- los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. Lo que es corruptible debe revestirse de la incorruptibilidad y lo que es mortal debe revestirse de la inmortalidad. Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido vencida.” (El Libro del Pueblo de Dios)
CONCLUSIÓN
Desde el punto de vista bíblico, Dios es el que siempre fue inmortal. (1 Juan 1:2) En el caso del hombre, la inmortalidad es una concesión. No es inherente, debido a que:
· Sólo se convirtió en una realidad a partir de la venida y ministerio de Jesucristo (Mateo 19:29, Marcos 10:29, 30, Juan 4:14; 5:24; 6:27; 10:27, 28)
· Depende de la aceptación de su evangelio. (Mateo 25:45, 46; Juan 3:14-16, 36; 6:40, 47-54; 12:23-26; 17:1-3; Hechos 13:46-48; Romanos 2:6, 7; 5:21; 6:22, 23; 1 Timoteo 1:15, 16; Tito 1: 1, 2; 1 Juan 5: 11-13; Judas 20, 21)
· Necesariamente se requiere una transformación, tenga la persona pasado por la experiencia de la muerte física o no.
Estimados señores. En su Estudio La Biblia y la Inmortalidad, en el subtítulo CONCLUSIÓN, Uds. dicen que la inmortalidad se convirtió en realidad a partir de la venida y ministerio de Jesucristo, y citan (Mateo 19:29, Marcos 10:29, 30, etc.), sin embargo, esas citas se refieren a la vida eterna, no a la inmortalidad. No debemos olvidar que en el caso de la vida eterna, es la vida la eterna, no el que la tiene (1Juan 3:15). Si leemos Juan 6:40, 54, veremos que aún cuando los que creen en Cristo tienen vida eterna, serán resucitados (o sea, se les considera muertos) en el último día (Milenio). En otras palabras, la persona puede tener vida eterna y perderla. Jesucristo tenía vida eterna y murió física y espiritualmente. La inmortalidad sólo se adquiere cuando el hombre obtiene vida en sí mismo (Juan 5:26) y es engendrado como verdadero hijo de Dios cuando resucita (Luc.20:36; Hec.13:33; Rom.1:4) con naturaleza divina (2Ped.1:4), ya sea en la primera o segunda resurrección (Apoc.20:4-6)
Que Dios los bendiga
Nicolás Barahona A.